Es ese momento del año. Cuando las temperaturas suben y bajan alegremente. Cuando sales de casa con bufanda, gorro y guantes para que te de en la cara un sol abrasador. O cuando decides que está claro, que por fin ha empezado la primavera, dices adiós a la lana gordota y viene esa ola de frío polar que anuncian en el telediario pero que tú has negado en tu inconsciente(porque la nieve es bonita, pero te has cansado y ya quieres calor del bueno).
Es ese momento del año donde, no sé tú, pero yo siempre, siempre, siempre me pongo mala. Da igual el zumito de naranja mañanero, los supersmoothies hipervitamínicos, el yoga…Mis senos paranasales no entienden de esas cosas. Haga lo que haga, pase lo que pase, no puedo evitar coger un par de catarros al año.
Y si eres como yo y te cuesta coger una rutina, el estar cinco días hecha un guiñapo no ayuda a mantenerla. Por eso siempre intento que el resfriado me afecte lo menos posible en mi vida diaria, y permanecer activa. Aunque tampoco es cuestión de pasarse: siempre que he puesto mi cuerpo al límite éste responde poniéndose peor.
Como persona con resfriados recurrentes y practicante habitual de yoga tengo algunos tirillos dados de como compatiblizar ambas cosas. Hacer yoga puede ser muy beneficioso para tu cuerpo cuando estás enfermo, pero también puede ser perjudicial: todo depende de cómo lo practiques, lo importante es que no te fuerces a nada.
PRACTICAR YOGA CON UN RESFRIADO
Digamos que estás resfriado: tendrías tres opciones, que básicamente serían continuar con tu práctica habitual, cambiar a una práctica más suave, o suspender la práctica del todo. Veamos cuando conviene optar por una o por otra con un poco más de detalle:
Practica prestando especial atención a tu cuerpo
Vale, esto es algo que debes hacer siempre, no solo cuando estás resfriado. Pero ahora es fundamental. Si te presionas demasiado y haces un esfuerzo desproporcionado cuando tu cuerpo está sometido a un estrés adicional, puedes ponerte peor. No sería la primera vez que me pasa a mí…
Ve más suave que otras veces. Céntrate más en la respiración. Haz una secuencia suavita en la que incluyas posturas que vengan bien para el resfriado.
Aquí van algunos consejillos más:
- Si tienes congestión nasal evita cualquier postura invertida. Sí, tienen muchos beneficios, pero en este caso pueden empeorar tanto tu capacidad para respirar por la nariz como los dolores de cabeza.
- Con las posturas boca arriba, incluso savasana, ayúdate poniendo un cojín debajo de la cabeza. Esto facilita el paso del aire por las fosas nasales obstruídas.
- Practica yoga en casa. Personalmente siempre aprovecho más cuando voy al estudio que cuando me quedo haciendo yoga en casa, y me fastidia perder una clase. Pero en estos momentos no te conviene mucho salir. Quédate, crea una secuencia que te venga bien y desenrolla la esterilla en tu rinconcito!
- Baja la intensidad de tu práctica. ¿Sueles empezar con unos saludos al sol? Sustitúyelos por la postura del gato-vaca. Haz transiciones más suaves entre una postura y otra, olvídate del salto adelante y atrás en los vinyasas. Calma, ya volverás a ellos cuando te recuperes.
Practica yoga restaurativo
Si tengo que elegir una de las tres, me quedaría con esta. No solo porque no vas a llevar a tu cuerpo más allá de sus límites, es que además este tipo de yoga tiene un efecto tan calmante que te ayudará a descansar mejor y a relajarte, que buena falta te hace si estás con los dolores musculares típicos del gripazo.
Algunos apuntes que te pueden venir bien:
- Practica posturas en las que se expanda el pecho. Ayuda con la respiración.
- Utiliza mantas si lo necesitas para no destemplarte.
- Intenta mantener la cabeza siempre algo más elevada que el cuerpo en las posturas boca arriba, ayudándote con un cojín.
Aquí te dejo un vídeo de Adrienne de yoga restaurativo específico para el resfriado. La única pega es que está en inglés.
Tienes este otro de 40 minutos muy completo en español, es una sesión de yoga restaurativo aunque no es específica para el resfriado, así que modifica cualquier postura que necesites.
Suspende la práctica física:
Hay días en los que no queda más remedio. Suelo ser muy cauta con esto de la procrastinación y de no ponerte excusas para dejar el yoga a un lado, pero no hay que pasarse, recordemos que una de las ramas del yoga habla de cuidar a nuestro cuerpo.
Si tienes fiebre o sientes que te está subiendo la temperatura, no es momento de practicar. La práctica física del yoga, como cualquier otra clase de actividad, generará energía interna que aumentará aún más tu temperatura corporal.
Si tienes una congestión nasal épica y te es imposible respirar por la nariz, a lo mejor tampoco tiene mucho sentido que te hagas la primera serie entera de Ashtanga, teniendo en cuenta que en yoga la respiración es de lo más fundamental y que no te va a ser posible practicar Ujjayi..
Pero esto no quiere decir que tengas que dejar a un lado el yoga durante los días que estés enfermo. Recuerda que la práctica física es solo una de las ramas de esta disciplina.
Hay un sinfín de cosas más que puedes aprovechar para hacer en este periodo de convalecencia. Estas son tres de las muchas opciones para elegir:
- Medita. SI ya lo haces habitualmente profundiza un poquito. Busca nuevas técnicas, hazlo durante más tiempo para experimentar mayores beneficios…SI no sabes de qué te estoy hablando mírate antes esto.
- Leerte algún libro que te ayude a profundizar en la práctica: si eres un yogui recién iniciado empieza por lo básico: los yoga sutras de Patanjali son un buen punto de partida si te interesa la parte espiritual. Para la más técnica, un libro de referencia puede ser Luz sobre el yoga de Iyengar.
- Empezar un diario de gratitud: cuando estoy resfriada no puedo dejar de ver la parte cutre y negativa del mundo, actitud que desde luego no ayuda en absoluto. Un diario de gratitud te facilita la tarea de rescatar las partes positivas del día(que son muchas, te darás cuenta). Empieza uno ya mismito!
Elijas la opción que elijas, lo importante es que puedas practicar a gusto, sin sentir que estás forzando demasiado. Cuando estés mejor puedes retomar una práctica más vigorosa, pero hazlo de manera transicional, empezando poco a poco. Sé que puede resultar frustrante volver a la esterilla sin sentirte como antes, pero ten paciencia y recuerda que lo importante es el camino. En menos tiempo del que piensas volverás a estar al 100%.
Ánimo y recuerda, la vitamina C es tu amiga!
hola, creo que la información es muy correcta…vengo de ver otras páginas y blogs que recomiendan posturas invertidas con catarro!!! respiraciones de fuego!! ala, que suba más la fiebre, que se abrasen los órganos y que aumente la congestión..cómo va a descongestionarse uno-a haciendo invertidas? es de libro: cuando hay infecciones en la cabeza:garganta, nariz , oido……. prohibido invertidas. Y como bien dices: en la fase crítica, mejor no hacer nada y descansar, o moverse muy suave, bastante trabajo tiene ya el cuerpo. gracias.